Es imposible ignorar el frenesí de la inteligencia artificial (IA). Y con razón. Se prevé que en 2027 habrá en el mundo 500 millones de usuarios de tecnologías relacionadas con la IA. Según algunos estudios, la IA podría incluso aportar hasta 15,7 billones de dólares a la economía mundial de aquí a 2030.
Actualmente, se calcula que alrededor del 30-40% de las empresas francesas utilizan esta tecnología, frente al 59% de las estadounidenses. Esto deja un importante margen de crecimiento, con numerosos beneficios: automatización de tareas, mejora de procesos, análisis y utilización de datos, reducción de costes, mejor gestión de documentos electrónicos... por nombrar sólo algunos.
En este artículo, exploraremos la IA y sus ventajas tangibles, preguntándonos cómo integrarla eficazmente en su empresa. Sigue la guía.
Evalúe sus necesidades de IA
Este es el primer paso. Cada empresa es diferente, por lo que es importante realizar una evaluación inicial para definir sus expectativas y necesidades específicas. He aquí cómo proceder.
¿Cuáles son las necesidades empresariales de la organización?
La IA tiene numerosos ámbitos de aplicación: sanidad, finanzas, logística, comunicación... las posibilidades son enormes. Por eso es importante realizar un estudio en profundidad: ¿cuáles son las necesidades de su empresa? ¿Cómo podría utilizarse la IA para mejorar los procesos? ¿Qué equipos podrían beneficiarse y de qué manera?
Asegúrese de enumerar las necesidades de cada departamento e incluso de cada función.
Expectativas de la empresa
Piense estratégicamente. ¿A qué sectores quiere dar prioridad la empresa? ¿En qué área sería más rentable la inversión en IA? El objetivo es alinear las expectativas y objetivos estratégicos de la empresa con las necesidades del negocio.
Calidad de la base de datos
La calidad de la base de datos es fundamental para implantar la IA en una empresa. De hecho, cualquier inteligencia artificial depende de los datos en los que se basa. Los datos incompletos, obsoletos o incorrectos pueden crear sesgos y reducir la eficacia de los algoritmos de aprendizaje.
Es esencial garantizar una recopilación de datos rigurosa y una limpieza periódica de los datos de la empresa. ¿Sus datos cumplen la normativa vigente, como el GDPR? ¿Cómo están estructurados? ¿Es posible introducir mejoras?
Por ello, el CIO debe auditar la base de datos de la empresa y establecer una estrategia de gestión específica.
Identificar los riesgos antes de iniciar un proyecto de IA
Ningún proyecto puede ponerse en marcha sin identificar los riesgos asociados. He aquí los principales elementos que hay que tener en cuenta.
El coste variable de la IA
Evidentemente, la integración de la IA tiene un coste, que varía en función de factores como el volumen de datos procesados. El consumo de recursos, en particular de potencia informática y almacenamiento, es proporcional a la complejidad de los modelos desplegados.
Además, la mejora continua de los algoritmos exige inversiones periódicas en formación y mantenimiento del sistema. El perfeccionamiento de los equipos internos o la dependencia de expertos externos representan otro factor de variabilidad de los costes. Aunque la IA puede generar importantes ganancias de productividad, los CIO deben prever estos costes variables para maximizar el retorno de la inversión.
Para evitar pagar (mucho) por funciones no utilizadas, es importante definir claramente el alcance de la aplicación.