Según un estudio realizado por el Observatorio de la Intranet y la Comunicación Digital, el 50% de los empleados encuestados considera que la comunicación interna tiene una importancia significativa. Sin embargo, sólo el 45% de los empleados están satisfechos con ella (Fuente: OpinionWay). Además, para las empresas francesas, la pérdida asciende a 9100 euros al año por empleado debido a una comunicación interna ineficaz (Estudio realizado por Mitel).
Es evidente que los tres principales retos de la comunicación interna (especialmente la comunicación digital) son:
- Mejora de la eficacia operativa (mencionada por el 61% de los encuestados).
- Racionalización de la comunicación interna (mencionada por el 52% de los encuestados).
- Garantizar la continuidad de la empresa en tiempos de crisis (mencionado por el 46% de los encuestados).
Desde la crisis COVID y los cambios que trajo al mundo laboral (como la democratización del trabajo a distancia y la prevalencia del trabajo híbrido), la comunicación interna ya no es sólo un activo para las empresas, sino que se ha convertido en parte integrante de su estrategia. También es esencial para retener el talento.
Entonces, ¿cómo se puede aplicar una estrategia eficaz de comunicación interna en la empresa? ¿Cómo superar los posibles obstáculos? ¿Qué herramientas de comunicación interna deben utilizarse? Esta guía arroja luz sobre estos temas.
Comprender los fundamentos de la comunicación interna
Definición, tipos y función de la comunicación interna
La comunicación interna engloba las acciones dentro de una empresa destinadas a hacer circular la información entre los empleados, así como entre los distintos departamentos y colegas de una misma empresa.
Su correcta aplicación es crucial para la eficacia y la motivación del equipo. Existen tres tipos de comunicación interna:
- Comunicación descendente: iniciada por la dirección para los empleados, abarca temas como la estrategia de la empresa o la organización de eventos específicos.
- Comunicación ascendente: iniciada por los empleados para los directivos o la dirección.
- Comunicación transversal: comunicación horizontal entre todos los miembros de la empresa, sin tener en cuenta los niveles jerárquicos.
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Breve historia de la comunicación interna
La comunicación interna apareció por primera vez a finales del siglo XIX, con el advenimiento de la era industrial. En aquella época, la dirección de las empresas necesitaba transmitir órdenes e información a sus empleados, lo que llevó a la creación de los primeros periódicos internos hacia 1890. Sin embargo, tuvieron que pasar unos 100 años para que la comunicación interna se convirtiera en una función independiente, reconocida por su importancia estratégica.
En las dos últimas décadas, la comunicación interna se ha inspirado cada vez más en las técnicas de comunicación y marketing.
El impacto de la comunicación interna en la motivación y el compromiso de los empleados
La comunicación interna no solo proporciona a los empleados una mejor comprensión de la estrategia de su empresa, sino que también desempeña un papel crucial en la mejora de su motivación y sentido de pertenencia. Una encuesta de Deloitte de 2017 titulada"Reescribiendo las reglas para la era digital" mostró que el 80 % de los encuestados cree que las empresas deben abordar la necesidad de compromiso.
Otro estudio de Deloitte demostró un aumento del 20% en la satisfacción de los empleados en empresas con una intranet. Además, el 85% de los empleados afirman estar más motivados cuando sus directivos les comunican periódicamente las novedades internas y las directrices de la empresa.
Una comunicación interna sólida contribuye a una cultura empresarial robusta, mejorando significativamente el bienestar en el lugar de trabajo y reduciendo las tasas de rotación. La encuesta Misión y Cultura de Empresa de Glassdoor en 2019 reveló que el 77% de los empleados de Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania tienen en cuenta la cultura de una empresa antes de solicitar un empleo.
Sin una cultura empresarial sólida, surgen varios riesgos, entre ellos la falta de compromiso de los empleados, que puede acarrear costes significativos como absentismo, rotación, gastos de contratación y daños a la reputación de la empresa. Por el contrario, un empleado comprometido y satisfecho contribuye al bienestar colectivo en el trabajo.
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